lunes, 22 de noviembre de 2010

Motivos para fumar

Dejar de fumar es una de las decisiones más importantes que puedes adoptar para mejorar tu salud y ganar calidad de vida. También para respetar el derecho a la salud de quienes te rodean.

Son muchas y muy buenas las razones para dejar de fumar... pero las mejores son las tuyas.
Ya sabes que el tabaco es dañino para tu salud y probablemente también estés experimentando las consecuencias inmediatas que tiene para tu organismo, como son: tos matinal, cansancio al subir una escalera, sensación de ahogo al hacer cualquier esfuerzo físico. Tal vez también tu médico te haya dicho que tienes que dejar de fumar y hasta puede que te hayan diagnosticado alguna enfermedad debida al tabaquismo. Pero todo ello no es suficiente si no tienes claro que es más lo que vas a ganar que lo que vas a perder si dejas de fumar.
La información es poder y para poder dejar de fumar necesitas saber dos cosas sobre tu relación personal con el cigarrillo que te ayudarán enormemente a avanzar en el proceso para dejar de fumar:
  • ¿Qué te proporciona el tabaco para continuar fumando a pesar de querer dejarlo?
  • ¿Por qué razones quieres dejar de fumar, es decir, qué crees que ganarás si lo consigues?

Razones por las que continúas fumando

  1. Como estimulante. Sientes que el tabaco te ayuda a despejarte, a mantener un nivel elevado de atención, te estimula, incrementa tu energía y, en general, te ayuda a seguir adelante.
  2. Como refuerzo gestual. En ocasiones, tener algo entre los dedos te resulta gratificante, te ayuda a sobrellevar con mayor aplomo algunas situaciones, sientes que te da mayor presencia, o simplemente te resulta entretenido.
  3. Por placer-relajación. No siempre es fácil distinguir si fumas para sentirte bien, es decir, para obtener placer, o bien para evitar sentirte mal. Si lo que buscas es placer, encontrarás placeres alternativos mayores y mejores.
  4. Para reducir estados negativos. Con frecuencia, crees que el cigarrillo te ayuda a superar los momentos difíciles, el estrés, los problemas diarios.
  5. Por adicción. Ya lo sabes, tienes una fuerte adicción. Pero lo que tal vez no te hayas planteado nunca es que, precisamente por qué te resulta tan difícil prescindir del cigarrillo para funcionar normalmente, cuando lo consigas podrás darte cuenta de que, en realidad, tú puedes más que el tabaco, valorarás enormemente tu logro y sentirás que no vale la pena volver a la situación de dependencia anterior.
  6. Por automatismo. Ya no disfrutas de la mayoría de cigarrillos que fumas, tu relación con el tabaco es inconsciente, mecánica, automática. Tu principal objetivo ahora es romper las asociaciones inconscientes que has establecido entre el acto de fumar y tus hábitos cotidianos.

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